Hace algunos años, mientras colaboraba realizando voluntariado ambiental para el Concello de A Veiga (aquí podéis ver el resultado) me encontré con una curiosa ranita que he incorporado a esta colección de tesoros.
La rana de San Antón ha conseguido el monopolio absoluto en los árboles, sus patas tienen una especie de ventosas que le permiten trepar y adherirse a prácticamente cualquier superficie, esto le ayuda a diferenciarse del resto de la especie en este medio. Además, consigue también ciertas ventajas a la hora de desplazarse entre juncos, ramas y hojas.
Como el resto de anfibios, solo vive en medios húmedos, pero sin embargo cuenta con un superpoder respecto a los demás miembros de su «familia» y es que resiste mucho mejor en los ambientes fríos. Como nos explican desde el Museo Nacional de Ciencias Naturales esta característica le ha permitido incluso sobrevivir a las glaciaciones del Cuaternario y seguir manteniendo altos niveles de diversidad genética.
Es de hábitos preferiblemente nocturnos y se considera especie vulnerable en el Catálogo de Especies Amenazadas de Galicia, todo ello hace que habérmela encontrado y traérosla ahora en forma de foto fuera un bonito golpe de suerte.