Las lagunas costeras son ecosistemas fundamentales y muy frágiles por lo que su protección y gestión son tareas fundamentales para la sociedad. En este contexto venimos de publicar una investigación en Applied Science en la que profundizamos en cuatro lagunas gallegas, ¿quieres saber lo que descubrimos?
Uno de los principales problemas que existen para poder gestionar estas zonas es la definición de los ecosistemas que aparecen en ellas. La clasificación que se emplean en la Red Natura 2000 presenta múltiples deficiencias con categorías que no aparecen en estas zonas y la superposición de otras que no son compatibles. Buena muestra de este es la definición de lagunas como la de Bodeira como lagoon, una laguna costera salada, e a su vez como laguna eutrófica, que haría referencia a una laguna de agua dulce, pero el agua de estos sectores no puede ser salada y dulce al mismo tiempo.
En el caso de la mayoría de las lagunas costeras gallegas también nos encontramos con un problema a mayores, que es el avanzado proceso de eutrofización, pero ¿qué es esto? Básicamente hace referencia a los ambientes en los que los valores de nutrientes son muy altos, lo que lleva una proliferación de algas y la disminución de la biodiversidad en estas zonas. Este proceso es muy preocupante para el funcionamiento de
estas lagunas en el futuro, por lo que si se quiere conservar el comportamiento de estos ecosistemas sería necesario llevar a cabo iniciativas para tratar de mejorar el funcionamiento de los sistemas acuáticos.
La pérdida de estas zonas vendría acompañada de multitud de problemas en sus inmediaciones, como es la pérdida de especies, tanto vegetales como animales, que tendrán que buscar otros lugares más aptos para su desarrollo. Esto repercutiría negativamente en ambientes como los analizados ya que perderían buena parte de las características que los llevaron a ser declarados zonas protegidas.
La gran pregunta sería: ¿Cómo gestionamos estas zonas? Pues no es nada sencillo, como siempre en el campo de las ciencias naturales existen múltiples factores cuya relación marca la evolución de las lagunas y su entorno, por lo que cualquier actuación que se lleve a cabo puede tener consecuencias positivas y negativas. Lo que si está claro es que si queremos mejorar su estado es necesario investigarlas en detalle, para poder saber como están cambiando y tratar de mitigar los problemas que se le presenten en el futuro.
Este mismo tema lo tratamos hace unas semanas en el programa Vivir o mar de la TVG. Lo podéis ver aquí.