Para un geógrafo, no todo va a ser estar en el campo trabajando, ¿verdad? A menudo trato de buscar actividades nuevas con las que conocer distintos lugares de una forma distinta. Hace unos meses tuve mi primera toma de contacto con las raquetas de nieve y la verdad es que no fue tan mal.

La sierra de Navacerrada y más concretamente una parte de la ruta de los siete picos fue la zona elegida para mi “bautismo”. La montaña nevada te da una perspectiva muy diferente del terreno que pisas. Viendo la distribución de la nieve te puedes hacer una idea de las condiciones climáticas que existen en ese lugar.

Aunque muchas veces no se le da la suficiente importancia, la nieve y los procesos fríos son agentes fundamentales para entender nuestros paisajes de montaña. Las rocas que podemos ver fragmentadas o esas zonas pulidas que nos encontramos en la montaña son solo algunas de las señales que la nieve y el hielo dejan en el terreno.

Comprender las dinámicas climáticas existentes en estas áreas es fundamental para poder cuantificar la influencia del Cambio Global y poder realizar una correcta gestión de estos medios. Al tratarse de unos ambientes tan frágiles, cualquiera de nuestras acciones puede tener consecuencias devastadoras para ellos.