Los sensores RFID (Radio Frequency Identification) permiten el seguimiento de elementos en cualquier momento desde su colocación y son una herramienta fundamental para analizar los posibles cambios en el medio.

En Oia se instalaron 80 sensores en líneas de 5 elementos perpendiculares a la costa durante el mes de septiembre de 2016. En la actualidad se realizan revisitas a la zona de estudio para posicionar nuevamente las rocas y así conocer los vectores de desplazamiento que presentan. Hasta el momento se tienen monitorizados más del 80% de los sensores introducidos y los mayores desplazamientos superan los 20 metros.